Sacerdote y médico en el programa Emaús

Programa Emaús de apoyo a sacerdotes.

Experiencia de un sacerdote y médico en el programa Emaús, de crecimiento espiritual y desarrollo psicológico. Casa de encuentros El Rodeo, sede del Instituto Pastoral del Clero (IPC), Diócesis de Sonsón-Ríonegro (Colombia). La Ceja, 30 de junio al 25 de julio de 2023.

Contenido del artículo

Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo (Obispo de Sonsón-Río Negro, fallecido en 1993) fundó el Instituto Pastoral del Clero. Esta institución está al servicio de la Pastoral sacerdotal. Ofrece catorce Programas. Actualmente son tres sacerdotes los que se dedican a la atención de los programas. En el complejo El Rodeo, vive también el Obispo de la Diócesis. Todo él está atendido por unas hermanas, las Siervas de la Iglesia.

Uno de estos Programas es el Programa Emaús. Su duración es de tres meses. Se realizan tres ciclos anuales: 1 de febrero al 30 de abril; 1 de mayo – 30 de julio y 1 de septiembre – 30 noviembre. Su objetivo es la ayuda y acompañamiento (integral) de sacerdotes con necesidades o situaciones especiales.

La metodología del programa Emaús para sacerdotes pivota sobre tres elementos: vida de piedad (laudes, Eucaristía, vísperas y rosario diarios; jueves y domingo eucarísticos; retiro mensual), formación doctrinal-teológica e intensa vida comunitaria.

El Programa Emaús se divide en cuatro módulos: propedéutico, discipular, kerigmático y configurador.

Para más información, comunicarse con el Padre Carlos Alberto Castaño Arango, director del Instituto de Pastoral del Clero (+57 3124150085 o [email protected]).

Génesis de mi experiencia como sacerdote y médico en el programa Emaús

Un día de febrero de hace unos años estaba contando al Obispo de Margarita (Venezuela) el proyecto que estamos desarrollando en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra sobre Psicología y vida espiritual. Inmediatamente me habló del Programa Emaús. Después de algunas gestiones, me decidí visitarlo. Mi objetivo era conocer el Programa de primera mano y convivir con los sacerdotes asistentes.

En El Rodeo, sede del programa Emaús

Llegué al aeropuerto internacional José María Córdova el viernes 30 de junio de 2023 por la tarde noche, después de 10.15 horas de vuelo.

Me recogió un sacerdote del Programa. Llegamos a la finca El Rodeo y cenamos. Me acosté pronto.

Al día siguiente me encontré con ocho sacerdotes: de Venezuela, Colombia, Guatemala y Argentina. Unos hermanos fantásticos.

El horario entre semana era exigente. Nos levantábamos a las 5.30. A las 6.30 teníamos Laudes, oración y Eucaristía. Desayunábamos a las 8.00. A las 9.00 comenzábamos las clases, hasta las 12.30, que almorzábamos. Recomenzamos a las 15.00, hasta las 16.30. Libre hasta las 18.00, que rezamos Vísperas. Cenábamos a las 18.30. Luego rezo del Rosario. Después, o bien te retirabas a tus aposentos o compartías alguna actividad con los compañeros.

Tengo que deciros que el clima en esta tierra es tropical. Frio por la mañana y por la noche, agradable (en torno a los 21 grados) durante el día. Llueve bastante, por eso está todo tan verde. Todos los días del año son iguales, no hay estaciones. A las 5.30 amanece y a las 18.30 ya es de noche. Hay mosquitos (zancudos le dicen aquí), de los que me protegí como pude.

La comida era propia de estas tierras paisas: arepas, arroz, queso, pollo, ensalada… Y mucho café (tinto le llaman aquí), muy rico.

Una nueva oportunidad al ministerio sacerdotal

Volviendo al Programa, tengo que compartiros que lo que más me impresionó de estos hermanos sacerdotes es que se dieron una segunda oportunidad en su ministerio. Todos los días se levantaban con ganas de renovarse para volver con más ilusión a sus Diócesis, sabiendo que Dios los ha elegido y los sigue llamando.

Los fines de semana eran más libres. Después de la Lectio divina del sábado, que finalizaba a las 10.00, había tiempo libre hasta el domingo a las 17.45 horas, que teníamos Exposición con el Santísimo y rezo de Vísperas.

Algún día entre semana salimos de excursión. Fuimos a un monte cercano, El Corcobado. Me costó el último tramo, pues no estaba acostumbrado a la altura.

En estas semanas también aproveché para visitar el Seminario de la Diócesis, llamado Cristo Sacerdote, varias comunidades de religiosas y a algunas personas del Opus Dei que viven en La Ceja.

Proyecto personal de vida y acompañamiento psicológico

Uno de los objetivos del Programa Emaús es la realización de un Proyecto personal de vida. Un instrumento muy útil para el conocimiento propio y la gestión de la vida. Saber de dónde se parte, desde qué situación vital, es necesario para alcanzar, progresivamente, los objetivos de la vida, en este caso del ministerio sacerdotal.

Cada uno de los sacerdotes que participaban del Programa iba diseñando diariamente su Proyecto. Para ello, hablaban periódicamente con algún sacerdote responsable, que les ayudaba en la tarea.

También me gustó que, con total libertad, los sacerdotes hablaban periódicamente con un psicólogo del Instituto. Antes he mencionada que la formación que se pretende es integral: humana, espiritual, psicológica, intelectual y comunitaria. Junto a esto, algunos de los talleres que se impartieron eran de contenido psicológico, desde una perspectiva cristiana: afectividad, adicciones, gestión de relaciones interpersonales, etc.

Resumen de mi experiencia como sacerdote y médico

Los veinte y cinco días de convivencia con estos hermanos sacerdotes fueron un regalo del cielo. Verlos luchar cada día y ponerse a la escucha del Maestro me conmovía. Personalmente, fue un tiempo que aprovechó el Espíritu Santo para meterse muy dentro de mí, un aldabonazo para tomarme más en serio mi sacerdocio.

Aconsejo a todo aquel sacerdote que necesite un tiempo de renovación que acuda a este oasis.

José María Pardo Sáenz

Ver también:
El sacerdote, psicología de una vocación
Identidad y misión del sacerdote

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