Glosario de psicología y vida espiritual

Glosario de psicología y vida espiritual

En este glosario de psicología y vida espiritual, presentamos la definición de términos psicológicos y de conceptos de espiritualidad cristiana, para el cuidado de la salud mental y espiritual.

Fuente: libro de Wenceslao Vial, Madurez psicológica y espiritual, Palabra, Madrid (2019).

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A  B  C  D  E  F   G  H  I   M  N  O  P  R  S  T  V

 

A

Afectividad: capacidad de responder en manera subjetiva a la realidad interna o externa. Incluye todo el proceso emocional y contiene: emociones, sentimientos, pasiones y humor o estado afectivo básico que influye en el obrar.

Afecto: tono emocional de la persona o concepto general referido a los sentimientos o emociones.

Alucinación: percepción falsa o sin objeto, que no corresponde a un estímulo externo, y puede referirse a cualquier sentido: olfato, vista, oído… Como síntoma psicológico es un elemento importante de las psicosis.

Amar: acto de la voluntad que tiene como objeto el bien. En su realización destacan el sacrificio y la entrega. Se puede decir que su intencionalidad es infinita, porque nunca se aplaca hasta que encuentra el Bien supremo.

Anorexia nerviosa: trastorno del comportamiento alimentario en el que hay una percepción alterada de la imagen corporal y un miedo morboso a la obesidad. Lleva a comer poco y adelgazar peligrosamente, al negarse a mantener un peso corporal normal.

Ansiedad: estado emocional desagradable y doloroso, sensación de inquietud y amenaza a la propia integridad física o moral, inseguridad, perplejidad, miedo ante un peligro real o imaginario. A menudo es acompañada por cambios fisiológicos similares a los causados por el temor: sudoración, taquicardia, dificultad para respirar. Puede presentarse de modo inesperado (como en los ataques de pánico) o gradualmente.

Ansiedad anticipatoria o de expectación: miedo a tener una experiencia desagradable vista como extremadamente negativa, que termina produciendo lo que más se intenta evitar. Mecanismo psicológico que está en la etapa inicial de algunos síntomas psíquicos a través de un círculo vicioso: miedo al síntoma -> amplificación de la ansiedad -> presentación del síntoma. Un ejemplo común es la persona que no puede dormir por miedo –ansiedad– a poder dormirse.

Apego: vínculo afectivo y forma de comportamiento de una persona en relación a otra claramente identificada. Teoría psicológica iniciada por Bowlby y Ainsworth, según la cual en las primeras etapas de la vida el niño tiene una tendencia innata a recibir cercanía y protección en la figura de una persona que le cuide y atienda. El bebé la busca para obtener protección, amor y calor, y no solo nutrición. La primera de estas figuras es la madre, y una vez descubierta y hecha propia, el niño es capaz de explorar el mundo teniendo en ella una base segura. Cuando ese apego no es seguro, aparecen los problemas. El estilo de las relaciones de apego precoces influye en la futura relación del niño consigo mismo y con los demás. Ciertas características persisten en los adultos.

Ataque de pánico: aparición repentina de ansiedad con síntomas físicos: dolor de pecho, sensación de asfixia, miedo a morir, sudoración, náuseas, palpitaciones, temblores, etc. Generalmente duran sólo unos minutos.

Atención: función psíquica autónoma que hace enfocar la conciencia sobre una determinada experiencia, dejando fuera de la observación otros factores que distraen. Puede ser voluntaria o refleja, dispersa (como en la vida social normal), concentrada o expectante (estado de alerta). Los trastornos pueden ser por exceso o por defecto.

Autodistanciamiento: capacidad propia de la dimensión espiritual para alejarse emocionalmente de una situación, de los condicionamientos y de sí mismo. Puede referirse al heroísmo de una valiente decisión o al sentido del humor.

Autonomía: capacidad de actuar libremente para ser sujeto de las propias acciones, con independencia de factores externos e internos que afectan pero no determinan de modo absoluto las decisiones voluntarias. Lleva a asumir con responsabilidad las propias decisiones, conductas y opiniones, guiados por ideales y valores.

Autorrealización: desarrollo y crecimiento autónomo de todas las capacidades físicas, psíquicas y sociales. Para algunos, como Maslow, sería la fuente más importante de la motivación. El cristiano incluye en este concepto la dimensión espiritual y sabe que sólo es posible una verdadera autorrealización, siguiendo el bien moral.

Autoestima: evaluación que una persona hace de sí misma. Se forma en los primeros años de vida, a través de procesos reflexivos y de la opinión de otras personas significativas (padres, parientes, maestros, etc.). Una buena autoestima –quererse– es fundamental para el desarrollo individual y la vida en sociedad y crece con el servicio a los demás. Para un cristiano depende en gran medida de saberse hijo de Dios.

Autotrascendencia: capacidad esencial de la dimensión espiritual. Quiere decir salir de uno mismo para dirigirse hacia el sentido o los valores que dan significado y apoyo a la propia existencia; o también hacia Dios y los demás.

 

B

Bipolar: adjetivo que indica una fluctuación excesiva del estado de ánimo en sentido positivo y negativo, entre la manía y la depresión (ver psicosis maníaco-depresiva o trastorno bipolar).

Bulimia nerviosa: trastorno del comportamiento alimentario caracterizado por episodios recurrentes de ingesta compulsiva, seguido de esfuerzos para compensar los efectos y no aumentar de peso: vómito, uso de diuréticos, laxantes, etc.

 

C

Carácter: aspectos del modo de ser adquiridos bajo el influjo de factores externos, como programas educativos, formación, eventos, interacción social e influencias socio-culturales.

Celos: reacción de miedo o enfado ante la posibilidad, supuesta o real, de perder el afecto de alguien cercano. Puede darse entre los cónyuges como ansiedad ante una posible traición. Los celos irracionales son con frecuencia un signo de trastornos de la personalidad o delirio.

Ciclotimia: fluctuación del estado de ánimo, entre hipomanía y depresión leve; puede ser un trastorno crónico específico, donde los ciclos se alternan regularmente en periodos de pocos días.

CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades): sistema de clasificación de enfermedades mentales concebido por la Organización Mundial de la Salud. Se basa en signos y síntomas observables y descriptibles. La última versión es de 1993 (CIE-10), modificada en 1996 y la parte dedicada a las enfermedades mentales es similar al DSM.

Cognitivismo (Psicología cognitiva): corriente de pensamiento ligada a una forma de psicoterapia que nació en Estados Unidos como reacción al conductismo, en los años 60 del siglo pasado. Se estudian los procesos cognitivos como percepción, atención, memoria, lenguaje, pensamiento e imaginación, que no se incluían en el estudio experimental del conductismo.

Culpa: subjetivamente, como sentimiento de culpa, es la sensación desagradable respecto a algo que se piensa haber hecho en contra de la conciencia moral; puede ser fundada o infundada. Objetivamente es una cualidad o la capacidad del hombre de ser imputable de haber hecho algo malo, de reconocerlo y explicarlo con responsabilidad.

Esta capacidad da lugar a dos actitudes: remordimiento o vergüenza por lo que ha hecho, que puede conducir, si no se supera, a la desesperación; y arrepentimiento o dolor por el daño causado a otro, o por violar una ley o un valor, que lleva a pedir perdón, a la reconciliación y al sereno reconocimiento del error con el propósito de no volver a hacerlo y de reparar de algún modo el daño causado. El arrepentimiento del cristiano ante el mal moral o pecado, le lleva a pedir perdón a Dios a través de la confesión sacramental. En las patologías psíquicas más graves la culpa se anula o se exagera.

Conductismo: también llamado behaviorismo, del sustantivo behavior (comportamiento), es una corriente de pensamiento y una escuela de psicoterapia nacida a principios del siglo XX, principalmente en Estados Unidos, gracias a John B. Watson. La génesis y la persistencia de las actitudes, incluso anormales, se explican exclusivamente con el método experimental, la fisiología y la neurofisiología.

Compulsión: comportamientos repetitivos causados por ideas dominantes y persistentes (obsesivas), que el sujeto no logra detener aunque los considere exagerados o absurdos. La acción compulsiva produce una disminución de la ansiedad motivada por el pensamiento obsesivo, y por eso se refuerza y tiende a repetirse.

Conciencia (moral): luz interior que ilumina o voz que guía los procesos cognitivos emocionales según los principios morales y las reglas de conducta. Juicio de la razón que permite conocer la calidad moral –bondad o malicia– de las elecciones o acciones concretas que están ocurriendo o están por suceder. Es también la capacidad intuitiva de descubrir el significado oculto único y singular de cada situación.

Conciencia (psicológica): conocimiento de algo que es actual, hic et nunc. Se pueden considerar tres aspectos: vigilancia, como una forma de atención al ambiente circundante; algunos trastornos son: letargo, estupor, coma (en el que el sujeto no se despierta con estímulos externos) y estados confusionales. En segundo lugar, la conciencia en sentido estricto o conocimiento de uno mismo y del ambiente, con todos los fenómenos psíquicos, en un momento preciso; se puede modificar en su cantidad o cualidad; algunos ejemplos son: estado confusional agudo, epilepsia temporal, amnesia disociativa, trastornos esquizofrénicos. En tercer lugar, la conciencia del Yo: capacidad de distinguir el Yo del no Yo y del ambiente que le rodea.

Counseling: (de to counsel: aconsejar) forma de ayuda profesional semejante a la psicoterapia, pero de corta duración y con indicaciones más amplias que incluyen el ámbito didáctico. Los fundamentos teóricos son muchos, como en la psicoterapia. El consejero hablará más de “problemas” que de “enfermedades”; Hay consejeros matrimoniales, sociales, expertos en universidades o empresas, etc. A veces es difícil la distinción de tareas entre consejeros y psicoterapeutas.

Corazón: centro o núcleo más profundo de la persona humana; es la sede de los sentimientos, fuente de intuición, de conocimiento verdadero del sentido que no puede alcanzar sino con la sabiduría de corazón. De ahí la frase «el corazón tiene sus razones que la razón no puede comprender» (Blaise Pascal.En el corazón está presente la ley natural, revelada por Dios porque no todos conseguían leerla; es el morada de Dios, el lugar de las decisiones, el lugar de la verdad.

 

D

Déficit de atención (trastorno de atención): enfermedad que se manifiesta como falta de focalización al realizar algunas tareas, que es injustificada, persistente y reiterada, frecuentemente asociada a un comportamiento impulsivo. Se acompaña a menudo de hiperactividad motora (niño hiperquinético). Comienza en la infancia y puede persistir en la edad adulta.

Delirio: alteración del contenido del pensamiento, que consiste en la formulación de ideas erróneas contrarias a la evidencia –objetivamente no verificables–, no justificadas por el bagaje cultural de la persona y expresadas con extraordinaria convicción y certeza subjetiva, sin dejar espacio para la crítica. Puede ser lúcido, en una persona con estado normal de conciencia; o confuso, en estados febriles, tóxicos o por alteraciones metabólicas. Los contenidos son muy variables: de persecución (que son los más comunes), de transformación, religiosos o místicos, depresivos, de grandeza o de celos.

Demencia: condición clínica en la que hay un decaimiento del intelecto, de la memoria y de otros procesos cognitivos. Generalmente se presenta en edad avanzada y tiene un curso progresivo. La más frecuente, de causa degenerativa, es la enfermedad de Alzheimer.

Depresión: alteración del humor, enfermedad caracterizada por síntomas tales como estado de ánimo bajo, pérdida de interés y de iniciativa, lentitud psicomotora, pesimismo, indecisión, sentimientos de culpa, etc. Se diferencia de la tristeza normal porque es demasiado intensa, va más allá de lo que cabría esperar, y provoca una marcada debilitación de las funciones físicas, sociales y de la capacidad de trabajo.

Determinismo: en psicología, atribuir sólo un tipo de causalidad física, biológica o social a los fenómenos psíquicos, con exclusión de otras dimensiones y factores causales, y de la libertad.

Dependencia de sustancias: urgente necesidad de una sustancia (alcohol, drogas) que conduce al consumo desenfrenado. Puede ser psicológica, con sensación de satisfacción y deseo de repetir la experiencia obtenida con la sustancia y un fuerte malestar subjetivo si no se obtiene; o física, con la adaptación fisiológica a la sustancia que se manifiesta en síntomas físicos y manifestaciones orgánicas al no tenerla: síndrome de abstinencia.

Dirección espiritual: acompañamiento, ayuda y guía a otras personas en su camino hacia el mejor conocimiento, encuentro y amor a Dios.

Distimia: estado del humor crónicamente deprimido (no episódico, como en la depresión mayor). Es como una forma de depresión crónica, pero de menor intensidad.

Doble vida: actuar contra los ideales o la forma de existencia libremente elegida; incoherencia que lleva a la fractura del Yo.

Drogadicción: uso continuado de sustancias psicoactivas, a pesar de que se presenten diversos problemas; se suele realizar para sentir emociones fuertes, como en el caso de los estimulantes o alucinógenos. Puede darse un consumo compulsivo de la droga (toxicomanía) que involucra toda la vida de la persona en la búsqueda y en el consumo de la sustancia, con graves riesgos y consecuencias para la salud personal y para la sociedad. Se observa a menudo un cambio en los circuitos cerebrales, que puede persistir tras la suspensión del consumo.

DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales): manual de clasificación de las enfermedades mentales en un sistema diseñado por la Asociación Psiquiátrica Americana (APA). Se basa en signos y síntomas observables y descriptibles, y es el más utilizado. Presenta muchos cambios desde su primera edición de 1952, hasta la quinta de 2103.

 

E

Egocentrismo: tendencia de la persona a referir todo a sí misma, con incapacidad de adaptarse o aceptar el punto de vista de los demás. Es característico de niños de cuatro a seis años, pero disminuye con el desarrollo. En los adultos se ve en la personalidad inmadura que intenta poner en el centro de todo y de todos su propio Yo.

Ego-distónico: adjetivo usado para indicar cualquier situación externa o intrapsíquica experimentada por el sujeto con malestar y sufrimiento, como un obstáculo para el desarrollo personal. Lo contrario es ego-sintónico.

Emoción: experiencia psicológica profunda y aguda, o estado del Yo ante la percepción de una situación u objeto; se acompaña de manifestaciones fisiológicas y sentimiento de atracción o repulsión, con un fuerte impulso a la acción (proviene del latín e movere o moverse hacia fuera).

Enfermedad orgánica: trastorno o proceso anómalo que, en su causa inicial o en sus consecuencias finales, se manifiesta como un defecto en los órganos del cuerpo o de cualquier función fisiológica del organismo (por ejemplo, diabetes, cáncer, meningitis).

Enfermedad psíquica (o mental): enfermedad que se manifiesta principalmente en el obrar humano y en las funciones relacionadas con la esfera de los pensamientos, afectos y actitudes, cuya causa exacta no se conoce.

Epilepsia: enfermedad no psíquica sino neurológica, recurrente, caracterizada por trastornos episódicos de la función cerebral con crisis repentinas y alteración de conciencia, originadas por una descarga eléctrica anómala de las neuronas cerebrales; puede haber síntomas de actividad motora, de los órganos de los sentidos o comportamientos anormales. Las causas son muchas.

Escrúpulos: del latín scrupulus (piedrecita puntiaguda), es el miedo o la ansiedad ante acciones pasadas o futuras, porque se consideran contra la moral o pecados, mientras que en realidad no lo son; o también, la duda persistente, sin razones lógicas, de no haber sido perdonado, después de haber confesado alguna falta moral. Se puede confundir o solapar con una obsesión de contenido moral.

Esquizofrenia: enfermedad mental que, en etapas agudas, lleva a la pérdida de contacto con la realidad, alucinaciones (percepciones falsas) y delirios (ideas erróneas); en la fase crónica puede implicar otras anomalías del pensamiento, alteraciones de las emociones, reducción motivacional y trastornos en el funcionamiento social y laboral. La causa específica se desconoce, pero la base es orgánica.

Estrés: respuesta no específica ante estímulos, situaciones o acontecimientos, que de alguna manera ponen a prueba nuestras capacidades físicas o mentales. Puede ser excesiva y causar un desequilibrio orgánico o psíquico.

Euforia: condición mental en que la persona experimenta intensas sensaciones de bienestar, alegría y felicidad que la hacen sentir al máximo de sus capacidades. Cuando es exagerada es un síntoma de manía. Sentirse demasiado bien, un optimismo excesivo, también puede ser un signo de intoxicación, de algunos estados febriles y de otras enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.

Examen de conciencia: evaluación del propio obrar, con especial atención al mundo interior y a la adecuación o no a los propios ideales. En la vida cristiana, puede ser la reflexión sobre la vida –o más comúnmente sobre un periodo de ella– para descubrir, a la luz de gracia, qué cosas se han hecho mal, cuáles se han hecho bien y cuáles se podrían haber hecho mejor con respecto a Dios y a los demás.

 

F

Fatiga (agotamiento): es una reducción reversible del rendimiento tras un esfuerzo excesivo, por diversas causas. Se distingue entre física y mental. En el agotamiento mental puede haber trastornos de percepción, atención, concentración y alteración de las relaciones sociales. Puede ser un síntoma de depresión u otras enfermedades. Hace años se usaba el término francés surmenage, para referirse a diversas situaciones relacionadas.

Fenomenología: método filosófico que se esfuerza por descubrir y describir la manifestación de los objetos, los fenómenos, en la conciencia (la ciencia de la conciencia). Es básicamente un procedimiento reflexivo que se ocupa de los objetos como datos. Algunos filósofos que siguen este enfoque son Brentano, que estudia la intencionalidad y se queda en un mundo intrapsíquico; Husserl, que elabora el método fenomenológico como descripción filosófica de lo vivido y vuelve a la esencia de las cosas; y Scheler, que supera el subjetivismo de sus predecesores y ofrece un amplio espacio al espíritu humano y a los valores objetivos.

Fobia: ansiedad intensa persistente, irreal, vinculada a situaciones o estímulos externos, que lleva a la persona a evitarlos; por ejemplo, la agorafobia es la ansiedad ante lugares donde la persona piensa que se puede quedar sin vía de escape.

 

G

Gracia de Dios: concepto fundamental de la vida cristiana. Don de Dios, sobrenatural y gratuito, que nos hace participar en la vida divina. Se nos da principalmente a través de los sacramentos, empezando en el bautismo, que nos hace plenamente hijos de Dios. Fuerza misteriosa y eficaz sin la cual el cristiano no puede alcanzar su realización: la santidad. Se mueve respetando la libertad, con la suavidad del amor, y llega hasta lo más profundo de la persona: la única barrera es nuestra voluntad consciente, que puede no dejarla entrar a causa del pecado que cierra la puerta. Puede ser conocida sólo a través de la fe, pero los beneficios de Dios en nuestra vida y en la vida de los santos nos ofrece una garantía de su acción. Siempre alcanza a quienes la piden con humildad.

 

H

Hiperintención: intencionalidad dirigida a sí mismo, hacia la búsqueda de la satisfacción que no considera la existencia de los demás. Igual que sería patológico prestar mucha atención a las funciones fisiológicas, como los latidos del corazón, los movimientos intestinales, etc., así sería patológica también la excesiva preocupación por la actividad mental.

Hiperreflexión: exageración de la capacidad de examinar el mundo interior. El sujeto, en vez de salir de sí mismo poniendo en marcha su capacidad de autotrascendencia, se cierra en su Yo: sólo mira dentro de sí, sus límites, sus síntomas, sus proyectos…; los problemas más triviales se convierten en insuperables.

Hipnosis: técnica por la que se lleva a la persona a un estado similar al sueño, donde se produce una alteración de la conciencia y de la memoria, un aumento de la sensibilidad a la sugestión, reacciones y representaciones insólitas. Se obtiene a través de la fijación prolongada y concentrada sobre un objeto concreto, visual o verbal, con exclusión de cualquier otro estímulo.

Hipocondría: preocupación excesiva por las funciones corporales y miedo a contraer o tener una enfermedad. El nombre proviene de la localización anatómica, en el hipocondrio, de los órganos que antiguamente se señalaban como responsables: hígado y estómago.

Hipomanía: ver manía.

Histeria: con este nombre se designaban diferentes patologías con un mecanismo común de conversión, es decir, síntomas físicos y psíquicos expresados de modo llamativo, sin fundamento objetivo. Se distinguían la histeria de conversión con manifestaciones motoras, sensoriales y viscerales, y la histeria disociativa, en la que se mencionaban fenómenos complejos de amnesia, doble personalidad, etc. Existe también una histeria de masas (o epidémica), donde un grupo de personas entra en alarma por un problema (por ejemplo, un presunto envenenamiento del aire o del agua) y presenta síntomas similares a los que aparecen en quienes fueron afectados. Hoy no se utiliza como concepto médico y se habla de síntomas somáticos y de algunos trastornos, como el de conversión.

Histriónico (trastorno de personalidad): personas con tendencia a dramatizar sus emociones y sentimientos (hiperemotividad) y las relaciones interpersonales. Son impulsivos, seductores y constantemente buscan llamar la atención.

Homeostasis: en fisiología es el conjunto de acciones responsables de mantener constantes ciertos parámetros, como la temperatura corporal, la cantidad de glucosa en sangre, etc. En psicología es un modo de ver al hombre como un organismo que busca su propio equilibrio, su homeostasis, sin tener en cuenta otras formas de motivación; es lo que sucede, en diversa medida, en la psicología de la Gestalt (totalidad o estructura) y en las tendencias psicoanalíticas.

Homosexualidad: atracción sexual exclusiva o predominante hacia personas del mismo sexo, cuya génesis psicológica no está completamente clara; influyen, de diferentes maneras según los casos, factores hereditarios, la educación la voluntad y los vicios adquiridos. Los actos homosexuales son contrarios a la función específica asignada por la naturaleza a los órganos sexuales y no consiguen ser expresión de un amor verdadero.

Humor (estado de ánimo): disposición afectiva o actitud interior difusa, persistente, sin objeto ni estímulo preciso y por lo tanto poco consciente. Según el humor se evalúa la cualidad de los estados de ánimo: triste, alegre, optimista.

 

I

Impulsividad: rasgo que hace actuar inmediatamente, sin resistencia, ante estímulos externos o de la afectividad, y puede llevar a cometer actos dañinos contra sí mismo o contra los demás, sin pensar en las consecuencias.

Inconsciente: conjunto de experiencias, recuerdos, emociones y motivaciones instintivas que pertenecen a la existencia del individuo y no están disponibles a la revisión inmediata por parte del sujeto ni a la evocación de la memoria, sino que se quedan en lugares de la mente no bien definidos. Para el psicoanálisis, el inconsciente es un ámbito clave del ser humano donde se encuentran los conflictos, culpas, deseos y pensamientos removidos de la conciencia, como mecanismo de defensa: ahí están las causas de las enfermedades mentales. El contenido de ese inconsciente varía dependiendo de la escuela.

Inseguridad: rasgo de la personalidad que consiste en poca firmeza en las propias convicciones, opiniones o planes; cuando se exagera, lleva a buscar la seguridad completa al elegir y en lo que se hace, con el consiguiente retraso de las decisiones, la búsqueda de apoyo o delegar en otros; conlleva ansiedad ante el futuro. Un cierto grado de inseguridad es normal en todas las personas.

Insight: término utilizado en psicología para indicar el proceso de aprendizaje –personal o del paciente– sobre sí mismo, su propia idiosincrasia, el desarrollo de la autoconciencia y la percepción de cómo uno se presenta ante los demás.

Insomnio: dificultad para conciliar o mantener el sueño, o despertarse temprano, o también sensación de cansancio incluso después de haber dormido.

Instintos: principios innatos de la conducta animal, estereotipados y específicos, que se desencadenan ante estímulos internos o externos. No se ha logrado encontrar una explicación exclusivamente físico-química o biológica. Determinan comportamientos complejos, adaptados al ambiente, orientados hacia un fin. Son la fuente motivacional de los animales. En el ser humano existen fuerzas similares, bajo el dominio de la razón, llamadas tendencias.

Inteligencia: facultad que, utilizando todos los recursos disponibles, permite reconocer y resolver los nuevos problemas que la existencia presenta. Solo el ser humano tiene inteligencia en sentido propio porque, además de moverse hacia un fin con un motivo claro, puede hacer abstracciones, captar el universal. El animal se mueve siempre en una situación concreta, sin separarse de ella. Puede ser cuantificada en un coeficiente de inteligencia (CI). Algunos trastornos son el retraso mental y las demencias.

Intencionalidad: característica de algunos fenómenos psíquicos de tender hacia un objeto externo. Con Brentano se convierte en un concepto básico en psicología. Está presente en la percepción –como representación–, en el sentimiento –como aceptación de esa representación– y en la memoria.

Intención paradójica: técnica de la logoterapia dirigida a contrarrestar la ansiedad anticipatoria o el miedo a la repetición que cada síntoma provoca, formando un círculo vicioso. Se sirve de la capacidad humana de autodistanciamiento y consiste en recurrir a frases o argumentos paradójicamente iguales a los temas que más teme. Es similar a lo que se denomina prescripción del síntoma.

Ira (rabia, cólera): emoción humana violenta e inmediata. Es una respuesta defensiva cuando la persona se siente despreciada, dañada, amenazada, traicionada. Se acompaña de manifestaciones somáticas como la aceleración del pulso, sequedad de boca, tensión muscular, hablar en voz alta, etc. El odio es como una forma crónica de la ira.

 

L

Libertad: capacidad específicamente humana, ligada a la voluntad de elegir, de poder decir sí o no ante lo que se presenta; o poder aceptar con dignidad, autónomamente, algo inevitable que el destino nos propone. En el ser humano es siempre relativa.

Libido: ver psicoanálisis.

Logoterapia: método psicoterapéutico fundado por Frankl que estudia la motivación humana, en particular la pregunta sobre el sentido de la vida. Intenta incluir el Logos –el sentido y los valores– en la psicoterapia. Como técnicas, utiliza básicamente la intención paradójica y la derreflexión. Es también una corriente de pensamiento humanista que se basa en tres pilares: la vida entera y todas las circunstancias tienen un sentido, cada uno tiene una voluntad de sentido y el hombre es libre de elegir con responsabilidad su propio camino para vivir y morir.

 

M

Manía: estado de ánimo anormal con tono del humor excesivamente eufórico, tendencia a hablar rápidamente, excitación psicomotora, hipervaloración de sí mismo y de las propias capacidades, que lleva a la dispersión en muchos intereses, al optimismo injustificado y a emprender numerosas iniciativas. Es un signo clínico opuesto a la depresión y el síntoma clave en el trastorno bipolar. Se habla de hipomanía cuando existen los mismos síntomas en menor medida o de manera atenuada; generalmente no impide la vida normal del sujeto pero puede predisponerlo a episodios más graves.

Madurez: ver personalidad madura.

Mecanismos de defensa: procesos psicológicos inconscientes y automáticos que se activan ante conflictos emocionales y amenazas provenientes de fuentes internas y externas; protegen al individuo contra la ansiedad; se conocen también como estrategias de coping (afrontamiento). Suelen implicar un cierto autoengaño o distorsión de la realidad. Pueden ser normales y útiles, o perjudiciales.

Megalomanía: ideas delirantes de grandeza, como haber hecho un descubrimiento muy importante o tener un gran talento. Es un subtipo del trastorno delirante.

Memoria: almacén de la información y capacidad de reproducir una experiencia pasada. Según el tiempo de conservación se distingue la memoria inmediata (menos de un segundo), la memoria a corto plazo (pocos minutos) y la memoria a largo plazo (puede durar toda la vida). Algunos trastornos son: la hipermnesia, que se puede ver en sujetos muy inteligentes o, de modo transitorio, en los estados de manía; y la amnesia, que puede ser anterógrada o retrógrada.

 

N

Narcisista: tipo de rasgo o trastorno de la personalidad caracterizado por la grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía.

Neuronas espejo (mirror neurons): sistema de neuronas –células del sistema nervioso– presente

probablemente desde el nacimiento, que permite aferrar inmediata e intuitivamente la intencionalidad de las acciones realizadas por un miembro de la propia especie.

Neurosis: en una subdivisión utilizada durante mucho tiempo –ahora menos usada– entre neurosis y psicosis, las neurosis son las enfermedades psíquicas en las que se mantiene la relación con la realidad y la persona es consciente de la naturaleza enfermiza de ciertos síntomas.

 

O

Obsesión: alteración del contenido del pensamiento, que se ve invadido de ideas irracionales y repetitivas, percibidas por el sujeto como propias pero absurdas o exageradas. El contenido es variado; se puede asociar a las compulsiones.

 

P

Pánico: ver ataques de pánico.

Paranoia: rasgo o trastorno de la personalidad en el que existe una marcada desconfianza y suspicacia hacia los demás (por ejemplo celos, persecución, etc.).

Parasomnias: manifestaciones episódicas relacionadas a ciertas fases del sueño, frecuentes en la infancia y que no corresponden a una particular patología psíquica: sonambulismo, los miedos del niño, pesadillas, enuresis (pérdida de orina durante el sueño), somniloquia (hablar de noche) y bruxismo (fricción excesiva de los dientes). La persistencia o aparición en la edad adulta puede ser favorecida por algún problema psicológico o neurológico.

Pasiones: afecto vivísimo por una persona o cosa que empuja constantemente hacia o contra ellas. Algunos sentimientos pueden transformarse en pasión con el aumento de la intensidad: amor, odio, celos. Si se trata de bienes, la reacción es el amor (complacencia); si ese bien está presente al sujeto, a la pasión se le añade la alegría de su posesión; si no está presente, existe el deseo de poseerlo (esperanza o desesperación). Si se trata de males tenemos el odio (repugnancia), si están presentes al sujeto se añade la tristeza o la ira; cuando no están presentes se da la aversión (audacia o miedo).

Pensamiento (habilidades del pensamiento): capacidad psíquica exclusivamente humana que permite valorar la realidad, abstraer y reflexionar. Los trastornos pueden afectar la forma o el contenido. Algunos trastornos de la forma son la aceleración o la fuga de ideas (necesidad de hablar, como en la manía); inhibición o dificultad y lentitud en el proceso de las ideas (por ejemplo en la depresión); circunstancialidad o incapacidad para distinguir los detalles del pensamiento central; perseverancia o repetición de palabras e ideas enunciadas poco antes; el concretismo: reducción o ausencia de la capacidad para hacer generalizaciones o abstracciones (dificultad para interpretar los proverbios); el pensamiento disociado, que parece raro e incomprensible (típico de la esquizofrenia); y la falta de lógica, que también es típica de la esquizofrenia. Entre los trastornos del contenido se hallan las ideas obsesivas y el delirio.

Percepción: función psíquica que hace al individuo consciente del ambiente. Organiza las sensaciones provenientes de la estimulación de los órganos de los sentidos y los integra con la experiencia. Puede haber dos tipos de alteraciones: las distorsiones de la percepción o ilusiones, donde se deforman los datos recibidos, y las percepciones sin objeto o alucinaciones.

Perfeccionismo: forma de ser en la que se busca a toda costa hacer las cosas de manera impecable. Puede tener sus raíces en la soberbia, como obrar bien por amor a nosotros mismos, o ser un rasgo de carácter muy radicado. Lleva a la frustración porque no se logran los objetivos esperados, y a la parálisis de las actividades por el miedo a equivocarse.

Personalidad: concepto que proviene del latín medieval personalitas y define a un sujeto ante los demás y ante sí mismo. Es una organización dinámica, el modo de ser de cada uno que se va conformando establemente a lo largo de la vida, con una secuencia de experiencias que van y vienen de la conciencia al inconsciente.

Personalidad cristiana: modo de ser de los que, en el proceso por llegar a ser más humanos, más sí mismos, intentan asemejarse cada día más a un Modelo, Cristo.

Personalidad madura: meta de la persona que encuentra estabilidad, capacidad de adaptación, serenidad y domino de sí en su desarrollo. Se puede madurar siempre más, porque son muchos los aspectos susceptibles de crecer durante toda la vida. Hay una madurez intrapsíquica, como el conocimiento y el juicio objetivo sobre la realidad personal y la aceptación realista de uno mismo; una madurez emocional, en la actitud de equilibrio y de control sobre los estados de ánimo, de dominio de la razón sobre la sensibilidad, de la buena tolerancia a la frustración, de responsabilidad; y una madurez social o relacional entendida como capacidad de amar y de estar con los demás.

Pesadilla: sueños terroríficos, más frecuentes en algún periodo de la infancia. Se presentan sobre todo en la etapa del sueño más ligero llamada REM (rapid eyes movements). Aumentan en periodos de estrés o después de un trauma psicológico; ver parasomnia.

Psiquiatría: parte de la medicina que se ocupa del reconocimiento y tratamiento de las enfermedades psíquicas o mentales.

Psicoanálisis: corriente teórica de psicología y método de psicoterapia ideado por Freud. Comenzó como un sistema terapéutico y se convirtió en una teoría de la personalidad y de la conducta humana normal y patológica. Considera la vida psíquica como un constante intercambio de energía sexual conocida como libido. La fuente principal de todo fenómeno mental es en el inconsciente, donde se encuentran los instintos, los impulsos, los recuerdos, los deseos o las imágenes que han sido reprimidos. Así explica la génesis de las enfermedades mentales. El método es sobre todo el análisis de los conflictos sucedidos en la infancia.

Psicofármaco: nombre de los medicamentos específicos para el tratamiento de las enfermedades o de la sintomatología psíquica.

Psicología: estudio científico de los mecanismos y manifestaciones de los procesos mentales.

Psicología clínica: especialidad de la psicología aplicada con fines terapéuticos.

Psicología de la religión: rama de la psicología que considera los comportamientos clasificados como religiosos. No investiga sobre la verdad de las creencias sino sobre la base humana en la que aparece el fenómeno de la tendencia hacia lo sagrado: la fe y la práctica de la fe.

Psicologismo: reduccionismo en el estudio del ser humano, que considera la dimensión psíquica como la única o la más importante, excluyendo los aspectos o referencias intencionales trascendentes del acto espiritual.

Psicopatología: estudio de las alteraciones de las funciones psíquicas (percepción, pensamiento, conciencia, memoria, inteligencia, afectividad, instinto). Se interesa por la experiencia subjetiva de los pacientes y por las conductas correspondientes.

Psicosis: trastornos mentales en los que existe una profunda fractura o pérdida de contacto con la realidad, que impide a la persona una evaluación adecuada del mundo real. Dos síntomas fundamentales son el delirio y las alucinaciones.

Psicosis maníaco-depresiva (hoy llamada trastorno bipolar): enfermedad psíquica común caracterizada por importantes cambios en el estado de ánimo entre manía y depresión.

Psicosomático: término usado para referirse a la presencia de alteraciones o síntomas físicos causados principalmente por factores psicológicos.

Psicoterapeuta: persona que lleva a cabo sesiones de psicoterapia. Puede ser un médico, un psicólogo u otro profesional con una particular titulación y especificación.

Psicoterapia: terapia de una enfermedad o síntoma psíquico con medios basados principalmente en la palabra, no en los fármacos. Hay muchas corrientes con diferente base antropológica.

 

R

Religiosidad: tendencia profunda del ser humano hacia alguien fuera de sí mismo, hacia el absoluto o el infinito, que dé sentido a su existencia. Puede llevar a descubrir que la vida es una misión, y a ponerse en relación con quien da esa misión, con la divinidad; ayuda a comprender la limitación humana e impulsa a buscar al creador. Es la base sobre la que puede aparecer y desarrollarse la fe sobrenatural.

Responsabilidad: capacidad esencial del ser humano de responder o dar cuentas de lo que se hace; requiere la existencia de la libertad. Implica reconocer y sentir como propios los pensamientos, las decisiones, las acciones, etc. que se ponen en práctica.

Represión: ver inconsciente y psicoanálisis.

 

S

Sacrificio: capacidad de ofrecer a alguien el dolor, el sufrimiento de todo tipo, libremente y por amor, dándole un sentido.

Salud: estado de bienestar o de justa adecuación de la persona consigo misma, con los demás y con el ambiente en general, con armonía e integración de sus dimensiones físicas, psíquicas y sociales. En sentido más amplio, cabe incluir también la dimensión espiritual.

Salud mental estado de bienestar psíquico que permite al individuo actuar e interactuar con otros de modo apropiado.

Sentido del humor: capacidad humana, relacionada con el autodistanciamiento, que permite separarse de las situaciones, de las personas y de uno mismo en cada momento, y reírse. Presupone la habilidad de abstracción, para captar el sentido inesperado de un acontecimiento.

Sentido de la vida: significado de cada existencia humana con todas sus circunstancias particulares que la hacen única e irrepetible. La pregunta sobre el sentido es esencial para el ser humano, y sólo él la formula, sólo él tiene una voluntad de sentido, con sus variantes: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿adónde voy?

Sentimentalismo: característica más o menos estable de una persona, que consiste en guiarse principalmente por el mundo afectivo (emociones, sentimientos, pasiones y estado de ánimo), sin el adecuado concurso de la inteligencia y de la voluntad; en los casos extremos el corazón, lo que se siente, se convierte en un ciego tirano. El polo opuesto, igualmente peligroso, es el racionalista, frío y duro de corazón.

Signo: fenómeno anormal que el médico reconoce en el enfermo, que puede ser consciente o no (por ejemplo, hipertensión arterial, movimientos anormales, hablar rápidamente). Se diferencia de los síntomas, que son experimentados y referidos por el propio paciente, y la presencia de ambos permite al médico llegar al diagnóstico o, al menos, sospecharlo.

Síndrome: conjunto de síntomas y signos que típicamente concurren al mismo tiempo en un cierto tipo de enfermedades diferentes o constituyen una enfermedad conocida como tal (por ejemplo, síndrome del túnel carpiano, de Down, e de las piernas inquietas; la depresión, como otras, puede ser un síntoma o un síndrome).

Síntoma: fenómeno particular causado por el estado de la enfermedad que el mismo enfermo percibe y cuenta al médico (por ejemplo, dolor de pecho, dolor de cabeza, tristeza, etc.).

Sueños: representaciones mentales más o menos vivas de situaciones, imágenes, etc. Son el resultado de la actividad cerebral durante el sueño. Generalmente son simbólicos y a veces adoptan la forma de una historia coherente, pero con frecuencia son desordenados y contradictorios. Pueden estar en relación con los acontecimientos del día anterior, aunque no hayan tenido ninguna importancia. Dan información sobre el estado psicológico de la persona o de una necesidad de ese momento: por ejemplo, una persona que tiene sed y sueña con un vaso de agua. Implican emociones y sensaciones de placer o desagradables. Estas últimas se llaman pesadillas y son más frecuentes en personas angustiadas.

Somatización: presencia de diversos síntomas provenientes de cualquier órgano, que parecen estar de alguna manera relacionados con acontecimientos psíquicos estresantes. La somatización puede llegar a producir un síndrome conversivo, por ejemplo una parálisis no producida por un daño neurológico, sino por un trastorno mental.

Suicidio: provocar intencionalmente la propia muerte. El suicidio o intento de suicidio no siempre, pero con mucha frecuencia, es un signo de enfermedad mental.

 

T

Temperamento: conjunto de características de nuestra forma de ser que tienen sobre todo un origen congénito o heredado. Son cualidades desarrolladas desde el nacimiento. Se puede hacer un test para descubrir el propio temperamento.

Tendencias: inclinaciones naturales del ser humano para actuar de cierta manera que, a diferencia de los instintos animales, sólo se siguen cuando se conoce el objeto. Están bajo el dominio de la inteligencia y de la voluntad, y se convierten en objetivos para alcanzar. El ser humano, por su espiritualidad, puede conocer su fin y ordenar a él todos sus actos. En psicología se habla de tendencia a la acción y a disfrutar, instinto de conservación, tendencia al egoísmo, deseo de poder y de estima, tendencia al amor de benevolencia y a la creatividad.

Terapia cognitiva: forma de psicoterapia directiva, que considera detrás de muchas patologías psíquicas una disfunción primaria del aparato cognitivo, no como causa sino como mecanismo. El objetivo es ayudar al paciente a descubrir sus convicciones incorrectas o ilógicas y sustituirlas por creencias más razonables.

Test psicológicos: instrumentos de evaluación científica que tratan de medir objetivamente, con el método experimental, las características de la actividad psíquica y de la personalidad. Tienen modalidades muy diversas.

Tic: movimientos involuntarios, rápidos y cortos, en una determinada zona muscular. Son simples o complejos; los más simples, como parpadear excesivamente, pueden aparecer en la infancia o más tarde y reflejar nerviosismo, pero desaparecen espontáneamente o con un ansiolítico en poco tiempo. Los tics complejos y que implican varios músculos se ven en una enfermedad neurológica hereditaria llamada Síndrome de Gilles de la Tourette, en la que a veces se asocian tics vocales: suspiros, toses, gritos, hasta decir palabras o frases en voz alta de modo compulsivo. Los tics aumentan con la ansiedad.

Toxicodependencia: ver drogadicción.

Transferencia (transfert): son los sentimientos y emociones que el paciente siente hacia su psicoterapeuta, y son interpretados sobre todo en el psicoanálisis. Puede ser positiva si los sentimientos son buenos (simpatía, gratitud, afecto) o negativa si el psicoterapeuta es odiado. Contratransferencia es el proceso contrario: los sentimientos del psicoterapeuta hacia su asistido.

Trastorno de la personalidad: comportamientos y rasgos de personalidad anómalos, constantes y rígidos, es decir no sólo adaptables y transitorios. Se desvían de las expectativas de la cultura normal del individuo y causan sufrimiento. Constituyen una personalidad enferma sufre y hace sufrir. Enfermedad psíquica que empieza en la adolescencia o en la primera edad adulta.

Trastorno de personalidad límite (borderline): se caracteriza por la inestabilidad de la imagen de sí mismo, del estado de ánimo, del comportamiento y de las relaciones interpersonales. Afecta más frecuentemente a mujeres. Son personas impulsivas y ambivalentes. Alternan la depresión y la ira, y tienen frecuentes y drásticos cambios en la visión de sí mismas, del mundo y de los demás.

 

U

Unipolar: adjetivo que indica que el humor es sólo de una modalidad; en la llamada depresión unipolar es deprimido.

Unidad de vida: coherencia en la existencia que lleva a actuar siempre en consonancia con el ideal que se ha hecho propio. Es un signo de madurez y fuente de alegría y tranquilidad. En la vida cristiana, la unidad de vida consiste en la armonía entre la vida de piedad y la vida ordinaria. De algún modo, la misma distinción que se acaba de hacer es superflua. La vida es una sola y todo puede convertirse en devoción filial, amor de Dios. La unidad de vida evita la dispersión.

 

V

Vacío existencial: malestar de quien no logra encontrar sentido a su existencia. Se descubre en muchos pacientes con trastornos de la personalidad.

Victimismo: rasgo de la personalidad que lleva a la autocompasión, a las quejas y protestas. Quienes lo padecen lo ven todo con actitud de mártir.

Virtudes: son hábitos positivos y fuerzas interiores que ayudan a las potencias a obrar el bien. Son, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, una «disposición habitual y firme a hacer el bien». Por esto, «permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige en acciones concretas».

Vocación: de vocatio o llamada. Originalmente era una palabra relacionada con la vida religiosa, como llamada hecha por Dios a seguirle de cerca en cierto camino espiritual. Hoy, este concepto se utiliza en psicología, sociología, pedagogía y otras disciplinas. Suele indicar las elecciones que la persona hace sobre su futuro profesional, social, etc.

Voluntarismo: como rasgo de la personalidad, consiste en confiar a la propia voluntad el mando en el actuar, por encima de otras fuerzas motivacionales. Incluso la razón queda desplazada. El voluntarista busca alcanzar metas con un sentido exagerado del deber, sin una reflexión seria sobre la bondad o maldad de lo que hace. Tiene poca capacidad de modificar las decisiones o actuaciones, de acuerdo a las circunstancias; mueven más los resultados y el activismo. No se ha de confundir con la fuerza de voluntad. Esta fuerza nos hace señores de nosotros mismos por el gobierno de la inteligencia. Tantas veces nos mueve a pedir la ayuda y el consejo de los demás.

Wenceslao Vial

Fuente: Madurez psicológica y espiritual, Palabra, Madrid, 2019 (4ª)

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