Madurez: estar a gusto con los demás
El anverso de la moneda
La moneda de la madurez tiene dos caras, en una, estar a gusto con uno mismo, y en el anverso, convivir adecuadamente con quien tengo alrededor.
La riqueza de la diferencia
Si quiero madurar he de estar a gusto con los demás: reconocer las diferencias y apreciarlas; escuchar sin juzgar; tener el "sano prejuicio" de pensar bien de todos; confiar al saberme indigente; tener relaciones sanas y duraderas; preocuparme por los otros y ser responsable de los que tengo cerca… casi nada.
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Fuente: El menos común de los sentidos
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